4.
HACERSE CONCIENTE DE LOS PENSAMIENTOS
Hay dos tipos de movimientos
interiores (mociones): "unas buenas a las que hay que recibir y
aceptar y otras malas que hay que rechazar" (EE 313). Estas
mociones mueven interiormente y en sentido contrario. Estos
movimientos interiores vienen acompañados de "pensamientos".
Por eso dice san Ignacio: "reconozco en mí tres tipos de
pensamientos: uno propio mío, que proviene de mi libertad y querer;
y otros dos que provienen de fuera: uno del buen espíritu y otro del
malo" (EE 32).
Pido
la gracia de poder ver lo que sucedió en la oración.
Describo
qué pensamientos acompañaron mis sentimientos durante la oración.
Estos pensamientos pueden ser: recuerdos, ideas, deseos, frases,
imágenes ... Hago un gráfico de mi oración, donde identifico los
sentimientos y los pensamientos.
Pensamiento1: Un deseo: “Quiero rezar y encontrarme con Dios”
Pensamiento1: Un deseo: “Quiero rezar y encontrarme con Dios”
Pensamiento
2: una imagen: “me
imagino que estoy a los pies de Jesús y él me enseña a orar
Pensamiento 3: un recuerdo “me acuerdo de un
problema que me preocupa”
Pensamiento 4: una imagen: “me veo el inutil de
siempre porque no podré resolverlo
Pensamiento 5: una frase “se me cruza en la
cabeza que no tengo remedio y no voy a cambiar nunca”
Pensamiento 6: un recuerdo: “me acuerdo de
María que ella siempre me ayuda, la siento como Madre”
Pensamiento 7: una idea: “se me viene a la
cabeza 'yo estaré con ustedes todos los días...”
y pienso que a pesar de mis miserias Jesús me quiere para su
proyecto
Pensamiento
8: un deseo:
“me bien con mucha fuerza el deseo de estar muy unido a Jesús
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