R.P. Oscar Calvo SJ
D
O
M
I
N
G
O
de
la
ASCENSIÓN
/
CICLO
“B”
Mientras
comía
con
ellos,
Jesús
les
dijo:
“Ustedes
serán
bautizados
en
el
Espíritu
Santo,
dentro
de
pocos
días”.
Los
que
estaban
reunidos
le
preguntaron:
“Señor,
¿es
ahora
cuando
vas
a
restaurar
el
reino
de
Israel?”.
Él
les
respondió:
“No
les
corresponde
a
ustedes
conocer
el
tiempo
y
el
momento
que
el
Padre
ha
establecido...
Pero
recibirán
la
fuerza
del
Espíritu
Santo
que
descenderá
sobre
ustedes
y
serán
mis
testigos...
hasta
los
confines
de
la
tierra”.
Dicho
esto,
lo
vieron
elevarse,
y
una
nube
lo
ocultó
a
la
vista
de
ellos.
Como
permanecían
con
la
mirada
en
el
cielo
mientras
Jesús
subía...
dos
hombres
de
blanco
les
dijeron:
“Hombres
de
Galilea,
¿por
qué
siguen
mirando
al
cielo?
Este
Jesús
que
les
ha
sido
quitado...
vendrá
de
la
misma
manera
que
lo
han
visto
partir”.
Hechos
1,1-11.
Ellos
se
volvieron
a
Jerusalén
con
gran
gozo...
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I. LAS
PRIMERAS
COMUNIDADES
CRISTIANAS
La
Ascensión
de
Jesús
puso
a
aquellos
cristianos
en
una
tensión
típica:
-esperaban
ya
la
venida
final
de
Cristo,
el
fin
de
la
historia:
"¿Es
ahora
cuando
vas
a
restablecer
el
Reino
de
Israel?"...
pero
se
dieron
cuenta
de
que
todavía
no
era
el
final.
-Pero
Jesús
les
aseguró
que
les
enviaría
"la
Promesa
de
mi
Padre",
el
Espíritu
Santo,
con
una
misión
en
la
vida:
“ustedes
serán
mis
testigos”...
-Con
la
confianza
de
que
Cristo
volvería:
“vendrá
de
la
misma
manera
que
lo
han
visto
partir”.
Modo
nuevo
de
ver
y
de
vivir.
Con
la
Resurrección
y
Ascensión
de
Cristo,
aquellos
hombres
y
mujeres
rompieron
las
barreras
del
individualismo
para
vivir
en
comunidad-Iglesia.
Por
otra
parte,
la
Resurrección-Ascensión
los
llevó
hasta
Pentecostés.
Y
desde
entonces,
la
fuerza
del
Espíritu
los
envió
a
ofrecer
la
Buena
Nueva
a
toda
criatura
y
cultura.
El
cristianismo
generó
un
cambio
en
el
mundo.
Y
las
primeras
comunidades
intentaron
vivirlo,
con
sus
luces
y
sombras.
-Mientras
el
mundo
se
debatía
por
posesiones
y
ambicionaba
poder,
aquellos
cristianos
se
preocupaban
de
que
no
hubiera
necesitados
entre
ellos.
Es
que la Resurrección-Ascensión no les hizo mirar exclusivamente
“hacia adentro” o “hacia arriba”, sino “hacia adelante”:
ni gueto cerrado ni espiritualismo escapista, sino compromiso con su
mundo concreto.
II. NOSOTROS
HOY
¿Qué
visión
tengo-tenemos
del
cosmos
y
de
la
historia:
cerrada
o
abierta?
Nos
puede
influir
una
ingenua
y
superada
visión
cientificista
de
que
todo
se
irá
conociendo,
se
irán
acabando
los
misterios...
Sin
embargo, la física moderna habla de lo imprevisible; la psicología
moderna reconoce que la libertad tiene sus caminos inesperados (somos
libres, pero condicionados por nuestra historia, emociones...).
También
en lo político y religioso hubo cambios no esperados en su momento:
la caída del Muro de Berlín, el papa Juan XXIII convocando al
último concilio de 1962-64 (el primero que no condena a nadie...).
¿Persiste
en
mí
“el
modo
antiguo-inmóvil
o
el
modo
nuevo-abierto
al
cambio,
a
lo
imprevisible?
Lo
primero
es
seguir
con
parches
en
"el
vestido
viejo":
algún
arreglo
superficial,
pero
continúo
con
una
actitud
cerrada,
estática.
Lo segundo, es abrirse al
Misterio, a lo imprevisible, a la Resurrección y Ascensión de
Cristo, que me cambia la vida, y me pide un compromiso comunitario y
social.
De todas formas, “cambia
todo cambia, pero no cambia mi amor”.
Pidamos
ser
sus
testigos,
con
la
esperanza
firme
de
que
el
Espíritu
Santo
está
con
nosotros.
¿Y
dejas,
Pastor
santo,
¡Ay!,
nube,
envidiosa
tu
grey
en
este
valle
hondo,
escuro,
aun
deste
breve
gozo,
¿qué
te
aquejas?
con
soledad
y
llanto;
¿Dó
vuelas
presurosa?
y
tú,
rompiendo
el
puro
¡Cuán
rica
tú
te
alejas!
aire,
te
vas
al
inmortal
seguro?
¡Cuán
pobres
y
cuán
ciegos,
ay,
nos
dejas!
Fray
Luis
de
León
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