jueves, 20 de mayo de 2010

Pentecostes


Domingo de Pentecostes

La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto a contemplar

Te proponemos para meditar el evangelio del próximo domingo del evangelio de San Juan, capítulo 20, del versículo 19 al versículo 23 inclusive


Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: "¡La paz esté con ustedes!".

Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.

Jesús les dijo de nuevo: "¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes".

Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: "Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan".

Me imagino el lugar…

Aquí será ver con la vista imaginativa el lugar donde se encontraban reunidos los apóstoles, si grande o pequeño… puedo imaginarme esas puertas, la tranca, etc..

Pido al Señor… lo que quiero

Señor que pueda conocerte en tu fuerza resucitadora que vence toda puerta cerrada e invita a la reconciliación.



La oración Ignaciana es esencialmente contemplación.

Ella contempla el misterio desde una triple perspectiva: Viendo a los personajes , escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen ,

para sacar algún provecho.


1° Momento: Veo a los personajes de la escena

Veo a los personajes: ¿Qué están sintiendo los apóstoles? Miedo.

El miedo los paraliza, no los deja pensar, los hace esconderse, los hace perder el ánimo.

Miedo a ¿Qué?... la persecución… la muerte…

Veo a Jesús, que llega estando cerradas las puertas, la fuerza de su resurrección es capaz de vencer cualquier obstáculo, cualquier barrera. Pero Jesús no solo tiene fuerza sino que su fuerza siempre viene acompañada de su paz… sólo los poderosos tienen solamente paz…



Y a mí: ¿Qué me dice esto que veo? ¿Cómo se relaciona con mi vida?


2º Momento: Escucho lo que dicen o hablan las personas.

Escucho lo que dice Jesús: la paz esté con ustedes, todo lo contrario al miedo es la confianza y la confianza solo se puede generar en un ambiente de Paz… cuando las cosas están tensas, es muy difícil tener paz, todo es desconfianza, todo se vuelve doble intensiones, todo duda…


Escuchamos también: reciban el Espíritu Santo… que gran don, todo gratuito, sin exigir nada. Pero este don no es “al vicio” sino todo lo contrario, Jesús se los da a sus discípulos para que ellos reconcilien a todos con Dios.


Y esto que he escuchado qué tiene ¿Que ver con mi vida?



3º Momento: Miro lo que hacen…

Mirar como entra Jesús cuando las puertas están cerradas… hay modos y modos de entrar, los poderosos entran con violencia, los que están animados por el espíritu entran con dulzura, levedad y suavemente, como la gota de agua que entra en una esponja…



Y nosotros… ¿cómo vivimos la presencia resucitadora del Señor Jesús?… Ahora es tiempo de sacar provecho de todo lo contemplado



L a contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre, dándole gracias, pidiéndole lo que necesito… también puedo dialogar con Jesús, pedirle que me enseñe su corazón y su modo de vivir la fuerza resucitadora del Padre


Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.



EXÁMEN DE LA ORACIÓN: Preguntas que pueden ayudar:

¿Cómo comencé a rezar?

¿Hice silencio interior para escuchar lo que El tenía para decirme?

¿Qué palabras definen los sentimientos que tuve durante mi oración? (paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad…)

¿Cómo termine?

¿Algo ha cobrado fuerza dentro de mí?

Un momento de formación.

Consolación

Desolación

Paz, quietud

Preocupación, inquietud

Tranquilidad, clama

Turbación, angustia

Pureza, bondad

Intranquilidad, miedo

Serenidad, pacificado

Sequedad, pereza

Agilidad, interés

Depresión, tibieza

Claridad, sencillez

Oscuridad, duda

Gozo, dulzura

Aplastamiento, indiferencia (me resbala todo)

Ánimo, valor,

Desánimo, cobardía- rebeldía, frialdad

Concentración, atención

Disipación, distracción por cosas “vanas y superficiales”

Libertad, profundidad

Vacio, esclavitud, superficialidad

Confianza, seguridad

Desconfianza, inseguridad

Entusiasmo, fuerza

Aburrimiento, debilidad

Alegría, plenitud

Tristeza, amargura

Fe, esperanza

Incredulidad, desesperanza

Caridad, misericordia

Odio, resentimiento

Inflamarse en amor a Dios

Como separada de Dios




La Asencion del Señor

La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo los textos

Lectura de los Hechos de los apóstoles 1, 1-11


En mi primer Libro, querido Teófilo, me referí a todo lo que hizo y enseñó Jesús, desde el comienzo, hasta el día en que subió al cielo, después de haber dado, por medio del Espíritu Santo, sus últimas instrucciones a los Apóstoles que había elegido.

Después de su Pasión, Jesús se manifestó a ellos dándoles numerosas pruebas de que vivía, y durante cuarenta días se le apareció y les habló del Reino de Dios.

En una ocasión, mientras estaba comiendo con ellos, les recomendó que no se alejaran de Jerusalén y esperaran la promesa del Padre: «La promesa, les

dijo, que yo les he anunciado. Porque Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo, dentro de pocos días.»

Los que estaban reunidos le preguntaron: «Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino de Israel?»

El les respondió: «No les corresponde a ustedes conocer el tiempo y el momento que el Padre ha establecido con su propia autoridad. Pero recibirán

la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.»

Dicho esto, los Apóstoles lo vieron elevarse, y una nube lo ocultó de la vista de ellos. Como permanecían con la mirada puesta en el cielo mientras Jesús subía, se les aparecieron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: «Hombres de Galilea, ¿por qué siguen mirando al cielo? Este Jesús que les ha sido quitado y fue elevado al cielo, vendrá de la misma manera que lo han visto partir.»



Lectura del santo Evangelio según san Marcos 16, 15-20

Jesús dijo a sus discípulos:

«Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.

Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán.»

Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios.

Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban.


Me imagino el lugar…

Un monte de Jerusalén con vegetación abundante, era una tarde fresca. Un día de sol con algunas nubes. Desde el monte se podía contemplar la ciudad santa: Jerusalén.

Pido al Señor… lo que quiero

Señor que pueda sentir lo que los discípulos sintieron cuando te despediste de ellos y los bendijiste. Un sentimiento un poco mezclado por tu partida y por la promesa del Espíritu.


La oración Ignaciana es esencialmente contemplación.

Ella contempla el misterio desde una triple perspectiva:


1º MOMENTO: Viendo a los personajes :

veo a los discípulos que están alrededor de Jesús. Lo veo a Jesús en toda su majestad y esplendor.


2º MOMENTO:… escuchando lo que ellos hablan :

quédense en Jerusalén para recibir la fuerza del Espíritu” “Vayan por todo el mondo y anuncien la Buena Noticia” “En mi nombre expulsarán demonios, impondrán las manos a los enfermos y serán…”


3º MOMENTO: ..y mirando lo que hacen , para sacar algún provecho: Jesús hablando con los discípulos. Ellos escuchando, preguntando. Jesús que los bendice, asciende a los Cielos. Los discípulos van a predicar por todas partes.


Contemplar hasta que se nos peguen los gestos de Jesús y los discípulos. ¿Qué me dice esto a mí?


COLOQUIO:

como un amigo habla con otro, contándole mis cosas, pidiendo perdón, dándole gracias, expresándole mi amor, alabándolo.

Señor siento que tu partida habrá sido dura para tus amigos, como a veces siento que es para mi cada vez que te busco sin encontrarte, que intento rezar y la agitación no me lo permite. Cada vez que caigo en aquellas faltas que no quiero tener y comienzo a dudar de ti y de mi, de nuestra amistad….

Gracias por este momento de tu vida en que instruiste a tus amigos durante cuarenta días fortaleciéndolos, hablandoles de tu Reino y dándoles muestras de tu presencia resucitada. ..

Hoy quiero pedirte la gracia de sentir tu presencia en medio de nosotros, en lo íntimo de mi corazón, para sentir la fuerza de tu amor y la urgente invitación de anunciar tu Buena Noticia a todos los hombres, que nos es otra que el Padre nos ama con locura y quiere entrar en comunión con cada uno de nuestros hermanos…. ¡Gracias Señor!...


Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.

EXAMEN DE LA ORACIÓN:

Preguntas que pueden ayudar:

¿Cómo comencé a rezar?

¿Hice silencio interior para escuchar lo que El tenía para decirme?

¿Qué palabras definen los sentimientos que tuve durante mi oración? (paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad…)

¿Cómo termine?

¿Algo ha cobrado fuerza dentro de mí?


PARA COMPARTIR EN GRUPO:


Nos reunimos en grupos de 6 personas.

1.- Nos presentamos: edad, lugar de donde soy, lugar donde vivo actualmente, ¿Estudio? ,¿Dónde? ¿En qué año? ¿Trabajo? ¿En qué?

Actualmente ¿hago algún apostolado o actividad?


2.- Para compartir en el grupo: ¿Qué he sentido en esta oración? ¿Qué siento que Jesús me dice, nos dice? ¿Qué deseos se despiertan en mí?



lunes, 3 de mayo de 2010

5° Domingo- Ámense...


Ámense los unos a los otros...

La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a Él con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto

Lectura del santo Evangelio según san Juan 13,31-35

       Después que Judas salió, Jesús dijo:     «Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
      Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes.
      Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros.»


Me imagino el lugar…

El clima es el de la Ultima Cena, ambiente de despedida y de dejar el testamento… Pongámonos en el lugar, con los Apóstoles y Jesús.

Pido al Señor… lo que quiero

Señor que pueda experimentar la alegría de saberme y sentirme amado por ti y ser tu discípulo.


Para la oración personal

  • Pocas veces se ha hablado tanto del amor y se ha falseado al mismo tiempo tanto su contenido más humano y sagrado . Hay revistas de amor, canciones de amor, películas de amor, citas de amor, cartas de amor, blogs de amor, mensajitos de texto gratis con frases de amor, técnicas para «hacer el amor». Pero ¿será  este el amor o una falsificación que impide que el verdadero amor salga a la luz?

  • No hace falta ser muy observador para darse cuenta que tantas cosas a las que se llama «amor» no son en realidad sino formas desintegradoras del verdadero amor. Se dice amor al contacto fugaz y pasajero de dos personas que se «disfrutan» sin conocimiento recíproco, mutuamente vacías de ternura, afecto y generosa entrega.

Finalmente, puedo contrastar mi buen anclaje en el amor leyendo y rumiando 1Cor 13, el himno del amor…


Hablo con Dios


La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre, el dueño del Campo… o con Jesús el viñador presentándole lo que ha surgido de la contemplación.

Hablo con El de corazón a corazón, de amigo a amigo… Me despido con reverencia, le doy gracias por éste encuentro.


Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.



EXÁMEN DE LA ORACIÓN: Preguntas que pueden ayudar:

¿Cómo comencé a rezar?

¿Hice silencio interior para escuchar lo que El tenía para decirme?

¿Qué palabras definen los sentimientos que tuve durante mi oración? (paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad…)

¿Cómo termine?

¿Algo ha cobrado fuerza dentro de mí?


PARA COMPARTIR EN GRUPO:


[ Para los grupos nuevos] Nos presentamos: edad, lugar de donde soy, lugar donde vivo actualmente, ¿Estudio? ,¿Dónde? ¿En qué año? ¿Trabajo? ¿En qué? Actualmente ¿hago algún apostolado o actividad?

[ Para los grupos ya formados] Breve presentación: ¿cómo he vivido mi vida resucitada esta semana?


2.- En nuestra vida hemos tenido experiencia de Amor de Dios en el amor a los hermanos. ¿Podrías compartir alguna en el grupo?