miércoles, 25 de abril de 2012

Yo soy el Buen Pastor


 R.P. Oscar Calvo SJ
D O M I N G O
de PASCUA / CICLOB

YO SOY EL BUEN PASTOR, Juan 10,1-18
-Yo soy la puerta: el que entre por estará al seguro, podrá entrar y salir y encontrará pastos en abundancia. -Conozco a mis ovejas, y ellas me conocen a mí. Él va delante, y ellas lo siguen porque conocen su voz.
-El buen Pastor da su vida por sus ovejasTengo otras que no son de este corral, y también las debo conducir. Así, se hará un solo rebaño y un solo Pastor.

Jesús, dando su vida por nosotros, plenifica nuestras profundas necesidades y aspiraciones.
1. Nos personaliza: conoce y ama a cada uno/a por su nombre. Contra la masificación y el anonimato, tan común en nuestra sociedad posmoderna.
2. Nos libera, porque somos libres de seguirlo o no: Cada uno entrará y saldrá…”.
3. Nos clarifica. El Buen Pastor va adelantey las ovejas lo siguen. Él es la luz que aclara nuestros interrogantes urgentes e importantes (de hoy y de siempre).
- Cómo seguir a Cristo. Muy entrado ya el siglo XVI, comentaba un compañero de Ignacio de Loyola, el padre Nadal: Maestro Ignacio encaminó su corazón hacia donde lo conducía el Espíritu y la vocación divina. Con singular humildad seguía al Espíritu, no se le adelantaba; y así, era conducido con suavidad adonde no sabía.
Entonces, se tratasimplemente, de seguir a Cristo. Eso significa por lo menos dos cosas: que no nos quedemosen la tribunaviendo cómo él va pasando; tampoco, que ya dentro de lapista, del camino, pretendamos adelantarnos a él.
4. Nos vivifica-misiona. Que tengan vidaen abundancia.Hay otras ovejas…”.
Entonces, el Bautismo-Eucaristía-Confirmación… nos vivifican sí, pero no son un simple “seguro de vida”, ya que también nos comprometen con los demás.

Agranda la puerta, Padre, Y si no agrandas la puerta,
porque no puedo pasar. achícame por piedad.
La hiciste para los niños, Vuélveme a la edad aquella
yo he crecido a mi pesar. en que vivir es soñar.
Miguel de Unamuno
“Ya estás en pie, caminante Y cuando volvió la cara,
dispuesto para marchar, la sombra se disipó:
pero es menester que sepas, descubrió que estaba solo
caminante, adónde vas. pues solo encontró a su yo.

Ya estás en pie, caminante, No creas que es suficiente
dispuesto para buscar, tomar al alba el bordón,
pero es menester que sepas ni basta la cantimplora,
lo que sales a buscar. el pan o la invocación.

Recuerda a aquel caminante Importa caminar juntos,
que un día también salió, unidos en el amor,
pero siguiendo a una sombra rompiendo cualquier espejo
el camino equivocó. que cierre tu corazón”.
Antonio Machado, Caminante

miércoles, 18 de abril de 2012

2.- Verificar la resurreccion


La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto a contemplar

Evangelio según San Lucas 24,35-48

Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo». Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?». Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos». Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.

Me imagino el lugar…

La escena se desarrolla en Jerusalén, la misma ciudad donde murió Jesús, es la misma que lo recibe.

Pido al Señor… lo que quiero

Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga.
LA CONTEMPLACION EN TRES PASOS
La oración Ignaciana es esencialmente contemplación. En ella se ponen al servicio de la oración, la imaginación, la memoria, la inteligencia y los sentidos. En ella nos acercamos al misterio desde una tripe perspectiva: Viendo a los personajes, escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen, para sacar algún provecho.

1° Momento: veo a los personajes de la escena

Miro la escena y me centro en los discípulos, ellos están atemorizados, aunque el recuerdo de Jesús los mantenía unidos, sus esperanzas estaban destruidas. El recuerdo de Jesús todavía no había adquirido en ellos la fuerza de la resurrección.
La presencia de Jesús causa en ellos un “gran susto”, tienen dudas en su interior... creen que la presencia del resucitado es “fantasmagórica”.

Vemos a Jesús resucitado, su presencia, llena la ausencia pero genera preguntas en sus discípulos. Jesús tiene un modo de hacerse presente, invitando a la paz que viene de Dios

Reflexiono en mi, me pregunto ¿Qué cosas me llenan de temor?¿Que cosas no estoy dispuesto a creer? ¿Qué cosas necesito que Jesús me ayude a creer? ¿Qué aspectos de mi vida necesitan de su Paz?



2° momento: Escucho lo que hablan las personas.

Escuchamos a Jesús: La Paz esté con ustedes... una paz que viene de Dios.
La presencia del resucitado pone en evidencia las inquietudes más profundas de sus discípulos; ellos dudaban acerca del modo de estar de Jesús.
El resucitado despeja las dudas de sus discípulos, él no es un fantasma, ni su presencia es sólo “espiritual” sino que es real, es el mismo crucificado el que esta delante de ellos, en “carne y hueso” , no es un fantasma, sino un hombre que para confirmar su humanidad pide de comer.

Pero el resucitado también les explica lo que ha sucedido, las profecías se han cumplido, la promesa de Dios se ha hecho patente, la oferta de salvación de parte de Dios es para todos.

Por último, los invita a se testigos, no simples repetidores, sino anunciadores de la buena noticia del resucitado.

Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho.

3°Momento: Miro lo que hacen…

Miramos de vuelta escena, las primeras reacciones de los discípulos a Jesús resucitado fueron muy humanas: miedo y duda. Jesús lo comprende y los ayuda a descubrir que es él mediante seis signos en que los discípulos pueden reconocerlo.
1.- Los llena de paz que proviene de Dios
2.- Les muestra las llagas de su cuerpo glorioso.
3.- Come con ellos, como otras veces.
4.- Les confirma que en él se cumplieron las profecías sobre el Mesías.
5.- Les recuerda su promesa de enviarles al Espíritu Santo.

Reflexionamos para sacar algún provecho.

Hablo Con Dios

La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder proclamar con nuestras palabra y nuestras vidas que Jesús es el enviado del Padre.

Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.

EXÁMEN DE LA ORACIÓN:

Preguntas que pueden ayudar:
¿Cómo comencé a rezar?
¿Hice silencio interior para escuchar lo que El tenía para decirme?
¿Qué palabras definen los sentimientos que tuve durante mi oración? (paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad…)
¿Cómo termine?
¿Algo ha cobrado fuerza dentro de mí?

Para el trabajo en grupos

¿Que signos te hacen descubrir la presencia de Jesús en tu vida?

miércoles, 11 de abril de 2012

1.- Incredulidad vs actitud de Fe


La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto a contemplar

Evangelio según san Juan Jn 20,19-31


Ese mismo día, el primero de la semana, después del sábado, los discípulos estaban reunidos por la tarde con las puerta cerradas por miedo a los Judíos. Llegó Jesús, se puso en medio de ellos y les dijo:«la paz esté con ustedes» Dicho esto les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron mucho de ver al Señor.
Jesús les volvió a decir «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mi, así los envío yo también. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo «reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.
Tomás, uno de los doce, llamado el mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Los otros discípulos le dijeron «Hemos visto al Señor» pero el les contestó «Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos, y o introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré».
Ocho días después, los discípulos de Jesús estaba otra vez en casa, y Tomas estaba con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos. Les dijo «la paz esté con ustedes» Después dijo a Tomas: «Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree»
Tomás exclamo: «Tu eres mi Señor y mi Dios» Jesús replicó «Crees porque me has visto ¡Felices los que no no ha visto pero creen»
Muchas de otras señales milagrosas hizo Jesús, en presencia de sus discípulos que no están en este libro. Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean y tendrán vida por su nombre.

Me imagino el lugar…

Seguramente la escena transcurre Jerusalén, los discípulos aterrados por la muerte de Jesús se esconde... por miedo.

Pido al Señor… lo que quiero

Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga.
La incredulidad
La incredulidad, no es nuestro gran problema... sino más bien la forma en la cuál creemos.
El caso de Tomás es paradigmático para nosotros.
Tomás era uno de los doce, había escuchado al Señor, sus palabras le dieron vida, había visto tantos signos y prodigios, ciegos que ven, lisiados que caminan, muertos que vuelven a la vida... pero.

Para Tomás la muerte hasta este momento tenía la última palabra...
No era que no creyese en el Señor, tal vez las palabras del Señor le abrieron un nuevo horizonte, pero no habían llegado a transformarlo, a hacerlo nuevo.

Es significativa la actitud de Tomás; el necesita ver, tocar, hacer experiencia.

La escena comienza casi solemnemente, así comienza este relato: el primer día de la semana, como pronunciando una nueva creación, el relato del Génesis comienza, con el primer día de la semana, este relato, preanuncia la nueva creación inaugurada por Cristo, los cielos nuevos y la tierra nueva tan esperadas.

Tomás, no le falta Fe, sino que exige “la prueba de la Fe”; para él su Fe llega hasta el límite de lo posible. Para nosotros la fe es otra cosa; es creer contra toda esperanza, es transitar por el terreno de lo improbable, de lo imposible, y por eso mismo es Fe.

La traducción de texto que tomamos para la oración pone de manifiesto el proceso de Tomás; él está dispuesto a creer con condiciones: Hasta que no vea la marca de los clavos en sus manos, no meta mis dedos en el agujero de los clavos, y o introduzca mi mano en la herida de su costado, no creeré.
Tomás no cree en lo que sus compañeros de camino atestiguan, de alguna manera resta credibilidad al testimonio de otros testigos.
Tomás necesita datos bien precisos, la marca, el lugar, la posición. Hay en las exigencias de Tomás algo masoquista, quiere creer desde el dolor del costado abierto del Señor. Hasta cierto punto, para él es tan difícil creer como las pruebas que exige para creer.
Cree hasta un cierto punto, cunado la exigencia de la Fe entra en el ternos de lo desconocido, cuando la fe exigen un cierto “arrojo”, cuando la fe exige un plus que va más allá de lo creíble, la fe desfallece.

El hombre vive inmerso en un mundo y en un contexto donde cree, pero la fe es a medida, y la medida es hasta que satisfaga las propias posibilidades.

Al hombre de hoy le cuesta creer allí donde de esfuman la posibilidades... y el hombre cae en una crisis y busca razones para su esperanza

Tomás buscó razones en la racional, en lo verificable, en lo tangible.
En el ámbito de la Fe, existe una racionalidad que incluye pero que supera la racionalidad matemática... tenemos experiencias que “verifican” la misma fe y fundan la esperanza, es una verificabilidad de la fe, que se funda en el testimonio.

Jesús no se queda atrás, le da a Tomás lo que anda buscando... es significativo que en ningún momento el texto nos dice que Tomás haya medito el dedo o haya introducido la manos, sino que empieza a creer.

Hay dos elementos que ayudan a Tomás a creer, él como los demás seguían teniendo miedo, pero este miedo no fue suficiente como para tenerlos separados, desunidos, sino que la confirmación de la Fe de Tomás se gesta en el seno de una comunidad orante.
El segundo elemento, son las palabras del mismo Jesús.
Jesús no da vuelta al problema sino que lo enfrenta: «Pon aquí tu dedo y mira mis manos; extiende tu mano y métela en mi costado. Deja de negar y cree»
Parece que las mismas palabras del Señor evocan y actualizan la fe de Tomás, él ya no necesita esas pruebas de parte de Jesús para creer, solo le basta la presencia y las palabras de Jesús.
Son ellas las que despiertan en Tomás esa actitud creyente que lo llevan a exclamar: Tu eres mi Señor y tu eren mi Dios. Una hermosa profesión de Fe, reconocer el Señorío de Cristo en la misma existencia y reconocer que este Cristo es Dios.

Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho.

Hablo Con Dios

La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder proclamar con nuestras palabra y nuestras vidas que Jesús es el enviado del Padre.

Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.


Para dialogar

Experiencias de incredulidad y procesos de recuperación de la Fe.