miércoles, 18 de abril de 2012

2.- Verificar la resurreccion


La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto a contemplar

Evangelio según San Lucas 24,35-48

Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes». Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo». Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?». Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos». Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.

Me imagino el lugar…

La escena se desarrolla en Jerusalén, la misma ciudad donde murió Jesús, es la misma que lo recibe.

Pido al Señor… lo que quiero

Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga.
LA CONTEMPLACION EN TRES PASOS
La oración Ignaciana es esencialmente contemplación. En ella se ponen al servicio de la oración, la imaginación, la memoria, la inteligencia y los sentidos. En ella nos acercamos al misterio desde una tripe perspectiva: Viendo a los personajes, escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen, para sacar algún provecho.

1° Momento: veo a los personajes de la escena

Miro la escena y me centro en los discípulos, ellos están atemorizados, aunque el recuerdo de Jesús los mantenía unidos, sus esperanzas estaban destruidas. El recuerdo de Jesús todavía no había adquirido en ellos la fuerza de la resurrección.
La presencia de Jesús causa en ellos un “gran susto”, tienen dudas en su interior... creen que la presencia del resucitado es “fantasmagórica”.

Vemos a Jesús resucitado, su presencia, llena la ausencia pero genera preguntas en sus discípulos. Jesús tiene un modo de hacerse presente, invitando a la paz que viene de Dios

Reflexiono en mi, me pregunto ¿Qué cosas me llenan de temor?¿Que cosas no estoy dispuesto a creer? ¿Qué cosas necesito que Jesús me ayude a creer? ¿Qué aspectos de mi vida necesitan de su Paz?



2° momento: Escucho lo que hablan las personas.

Escuchamos a Jesús: La Paz esté con ustedes... una paz que viene de Dios.
La presencia del resucitado pone en evidencia las inquietudes más profundas de sus discípulos; ellos dudaban acerca del modo de estar de Jesús.
El resucitado despeja las dudas de sus discípulos, él no es un fantasma, ni su presencia es sólo “espiritual” sino que es real, es el mismo crucificado el que esta delante de ellos, en “carne y hueso” , no es un fantasma, sino un hombre que para confirmar su humanidad pide de comer.

Pero el resucitado también les explica lo que ha sucedido, las profecías se han cumplido, la promesa de Dios se ha hecho patente, la oferta de salvación de parte de Dios es para todos.

Por último, los invita a se testigos, no simples repetidores, sino anunciadores de la buena noticia del resucitado.

Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho.

3°Momento: Miro lo que hacen…

Miramos de vuelta escena, las primeras reacciones de los discípulos a Jesús resucitado fueron muy humanas: miedo y duda. Jesús lo comprende y los ayuda a descubrir que es él mediante seis signos en que los discípulos pueden reconocerlo.
1.- Los llena de paz que proviene de Dios
2.- Les muestra las llagas de su cuerpo glorioso.
3.- Come con ellos, como otras veces.
4.- Les confirma que en él se cumplieron las profecías sobre el Mesías.
5.- Les recuerda su promesa de enviarles al Espíritu Santo.

Reflexionamos para sacar algún provecho.

Hablo Con Dios

La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder proclamar con nuestras palabra y nuestras vidas que Jesús es el enviado del Padre.

Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.

EXÁMEN DE LA ORACIÓN:

Preguntas que pueden ayudar:
¿Cómo comencé a rezar?
¿Hice silencio interior para escuchar lo que El tenía para decirme?
¿Qué palabras definen los sentimientos que tuve durante mi oración? (paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad…)
¿Cómo termine?
¿Algo ha cobrado fuerza dentro de mí?

Para el trabajo en grupos

¿Que signos te hacen descubrir la presencia de Jesús en tu vida?

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