R.P. Oscar Calvo SJ
D
O M I N G O
4º
de
PASCUA
/
CICLO
“B”
“YO
SOY
EL
BUEN
PASTOR”,
Juan
10,1-18
-“Yo
soy
la
puerta:
el
que
entre
por
mí
estará
al
seguro,
podrá
entrar
y
salir
y
encontrará
pastos
en
abundancia.
-Conozco
a
mis
ovejas,
y
ellas
me
conocen
a
mí.
Él
va
delante,
y
ellas
lo
siguen
porque
conocen
su
voz.
-El
buen
Pastor
da
su
vida
por
sus
ovejas…
Tengo
otras
que
no
son
de
este
corral,
y
también
las
debo
conducir.
Así,
se
hará
un
solo
rebaño
y
un
solo
Pastor”.
Jesús,
dando
su
vida
por
nosotros,
plenifica
nuestras
profundas
necesidades
y
aspiraciones.
1.
Nos
personaliza:
conoce
y
ama
a
cada
uno/a
por
su
nombre.
Contra
la
masificación
y
el
anonimato,
tan
común
en
nuestra
sociedad
posmoderna.
2.
Nos
libera,
porque
somos
libres
de
seguirlo
o
no:
“Cada
uno
entrará
y
saldrá…”.
3.
Nos
clarifica.
“El
Buen
Pastor
va
adelante…
y
las
ovejas
lo
siguen”.
Él
es
la
luz
que
aclara
nuestros
interrogantes
urgentes
e
importantes
(de
hoy
y
de
siempre).
-
Cómo
seguir
a
Cristo.
Muy
entrado
ya
el
siglo
XVI,
comentaba
un
compañero
de
Ignacio
de
Loyola,
el
padre
Nadal:
“Maestro
Ignacio
encaminó
su
corazón
hacia
donde
lo
conducía
el
Espíritu
y
la
vocación
divina.
Con
singular
humildad
seguía
al
Espíritu,
no
se
le
adelantaba;
y
así,
era
conducido
con
suavidad
adonde
no
sabía”.
Entonces,
se
trata
“simplemente”,
de
seguir
a
Cristo.
Eso
significa
por
lo
menos
dos
cosas:
que
no
nos
quedemos
“en
la
tribuna”
viendo
cómo
él
va
pasando;
tampoco,
que
ya
dentro
de
la
“pista”,
del
camino,
pretendamos
adelantarnos
a
él.
4.
Nos
vivifica-misiona.
“Que
tengan
vida…
en
abundancia”.
“Hay
otras
ovejas…”.
Entonces,
el
Bautismo-Eucaristía-Confirmación…
nos
vivifican
sí,
pero
no
son
un
simple
“seguro
de
vida”,
ya
que
también
nos
comprometen
con
los
demás.
“Agranda
la
puerta,
Padre,
Y
si
no
agrandas
la
puerta,
porque
no puedo pasar. achícame por piedad.
La
hiciste para los niños, Vuélveme a la edad
aquella
yo
he
crecido
a
mi
pesar.
en
que
vivir
es
soñar”.
Miguel
de
Unamuno
“Ya
estás
en
pie,
caminante
Y
cuando
volvió
la
cara,
dispuesto
para marchar, la sombra se disipó:
pero
es
menester
que
sepas,
descubrió
que
estaba
solo
caminante,
adónde
vas.
pues
solo
encontró
a
su
yo.
Ya
estás en pie, caminante, No creas que es suficiente
dispuesto
para buscar, tomar al alba el bordón,
pero
es
menester
que
sepas
ni
basta
la
cantimplora,
lo
que
sales
a
buscar.
el
pan
o
la
invocación.
Recuerda
a
aquel
caminante
Importa
caminar
juntos,
que
un
día
también
salió,
unidos
en
el
amor,
pero
siguiendo a una sombra rompiendo cualquier espejo
el
camino equivocó. que cierre tu corazón”.
Antonio
Machado,
Caminante
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