martes, 26 de julio de 2011

"Denles ustedes de comer" (P. Raúl SJ)


La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro… 

 

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo. 

 

Leo el texto a contemplar Mateo 14,13-22

Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie.
Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, curó a los enfermos. Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: "Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos". Pero Jesús les dijo: "No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos". Ellos respondieron: "Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados".
"Tráiganmelos aquí", les dijo. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.


Me imagino el lugar…

Podemos imaginarnos el lugar donde se reúne tanta gente... tal vez a las faldas de una loma y a orillas de lago... el escenario es como tantos... pero el lugar es “humilde y lleno de gracia” como le gustaba decir a San Ignacio.


Pido al Señor… lo que quiero

Conocer internamente a Jesús, para amarlo más y seguirlo mejor.


1° Momento: veo a los personajes de la escena

Primero miro a Jesús, él necesitaba descansar, por eso se embarca con sus discípulos hasta la otra orilla... pero el ver a la multitud lo mueve a la compasión.
Vemos a los discípulos... ellos también se compadecen pero no son capaces de llegar en su compasión a pensar en el milagro... sólo ven una multitud necesitada, no ven a un Dios hecho hombre capaz de colmar las necesidades y las expectativas de los hombres y de la humanidad

Reflexiono para sacar provecho


2° Momento: Escucho lo que hablan las personas.

Escuchamos a los discípulos: Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vayan a las ciudades a comprarse alimentos.
Ellos están preocupados por la multitud y su preocupación es real: están en un lugar apartado... que vayan a comprar pan es lo “políticamente correcto
En cambio Jesús les dice: No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos. Hay dos dinámicas que se contraponen: la del comprar y la del dar.
Los discípulos responden: Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados. Lo que es “políticamente correcto” se contrapone a lo que hace falta “aquí y ahora
Por último Jesús dice: Tráiganmelos aquí. Una vez más Jesús contrapone el ir a buscar y el traerlo aquí, como también lo poco de cinco panes y dos peces y lo mucho de la propia multiplicación de los panes.

Reflexiono para sacar provecho


3°Momento: Miro lo que hacen…

Veo a Jesús curando a los enfermos... el lo hace por compasión... la compasión en Jesús y en todo cristiano no sólo se reduce a un sentimiento sino que se traduce en una acción concreta.
Lo miramos pronunciando la bendición sobre esos panes y esos peces... bendecir es dar gracias... sólo el hombre y la mujer profundamente agradecidos puede hacer que lo poco que tiene sea mucho en solidaridad
Vemos a los discípulos, miramos cómo actúan desde la lógica del comprar-vender y nos quedamos en su reacción ante la propuesta de Jesús.
Vemos a los discípulos distribuir los panes, ellos lo hacen desde la perspectiva del “don” que se da sin medida y gratuitamente.

Reflexiono para sacar provecho


Hablo Con Dios

La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder vivir la vida que nos regala Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.



Señor, de verdad deseo prepararme bien para
este momento, deseo profundamente que todo mi
ser esté atento y dispuesto para Ti.
Ayúdame a clarificar mis intenciones.
Tengo tantos deseos contradictorios...
Me preocupo por cosas que ni importan ni son
duraderas. Pero sé que si te entrego mi corazón
haga lo que haga seguiré a mi nuevo corazón.
En todo lo que hoy soy, en todo lo que intente
hacer, en mis encuentros, reflexiones, incluso
en las frustraciones y fallos
y sobre todo en este rato de oración,
en todo ello, haz que ponga mi vida en tus manos.
Señor, soy todo tuyo. Haz de mí lo que Tú quieras.
Amén.

martes, 19 de julio de 2011

Día del Amigo (Hna. Silvina)


Un día en que Jesús estaba enseñando, se sentaron entre los oyentes unos fariseos y maestros de la ley que habían venido de toda la provincia de Galilea, y también de Judea y Jerusalén. El poder del Señor se manifestaba ante ellos realizando curaciones. En este momento llegaron unos hombres que traían en su camilla a un enfermo paralítico. Buscaban cómo entrar en la casa y colocarlo delante de Jesús, pero era tanta la gente que no sabían por dónde entrar. Subieron al tejado, quitaron tejas y bajaron al enfermo, en su camilla en medio de la gente, frente a Jesús.
Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: “Amigo, tus pecados te son perdonados”. De inmediato los maestros de la Ley y los fariseos se ofendieron y pensaron: “¿Cómo este hombre puede hablar en forma tan escandalosa? ¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?”
Pero Jesús se dio cuenta de sus pensamientos y les hizo esta pregunta: “¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil decir: tus pecados te son perdonados, o: Levántate y anda?. Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados”.
Entonces Jesús dijo al paralítico: “Te lo ordeno, levántate, toma tu camilla y vuélvete a tu casa”. Y en el mismo instante, se levantó el hombre a la vista de todos, tomó la camilla en que estaba tendido y se fue dando gloria a Dios.
Todos quedaron atónitos y alabaron a Dios. El temor de Dios estaba en todos, pues decían: “Hoy hemos visto cosas increíbles”
Lc.5,17-26


Claves para discernir una amistad auténtica

  • Mirando a los amigos:
  1. Los amigos sostienen al paralítico, lo animan y buscan su bien, su curación. El relato bíblico nos cuenta que lo llevaron “cargando en una camilla”
  2. Hacen lo imposible para lograr que su amigo recupere la salud, el bienestar, son capaces de romper el tejado y buscar empecinadamente por dónde entrar a la casa.
  3. Lo ponen de cara a Jesús, “la fe de ellos” es la que conmueve a Jesús y posibilita el encuentro y la sanación.
  4. Es una amistad que libera, abre a la posibilidad de encuentro con Jesús, y con la sanación.

    • Mirando nuestra vida:
Quizás en mi vida me sentí a veces como el paralítico, sin esperanzas o sin fe ¿quiénes fueron los amigos/as que me sostuvieron, me animaron y me ayudaron a ponerme en pie nuevamente? Hago memoria de esas experiencias de amistad, puedo agradecer a Dios por esas personas que puso en mi camino y con las cuales puedo contar.
Quizás yo fui uno de esos amigos/as que ayudé a otros en momentos difíciles, que sostuve y animé a otros para que no caigan en el desánimo. Ofrezco a Dios en este momento mis amigos/as que están pasando por un mal momento, le pido que me ayude a ser amigo/a fiel y presencia suya para mis amigos/as.

  • Mirando al paralítico:
  1. No sabemos su nombre, sólo nos muestra el Evangelio a una persona que “se deja cargar en su dolor y enfermedad”, como quien siente que sus amigos podrán sostenerlo y posibilitar el milagro. No dice que crea, sino que más bien se muestra entregado a la confianza y fe de sus amigos.
  2. El encuentro con Jesús cara a cara lo libera y le posibilita “ponerse en movimiento”, la vivencia de la amistad (la de sus amigos que lo llevan y la del encuentro con Jesús) lo lanza a caminar, lo pone en un dinamismo de vida.
  3. Ese encuentro también le posibilita la salud física y espiritual, delante de los demás era visto como un pecador (desde la concepción de la época, la enfermedad era vista como un “castigo” por los pecados) y el encuentro con Jesús lo libera de esa carga. La verdadera amistad no juzga y pone cargas y carteles, sino que compadece, ama y perdona.
  4. Se fue dando gloria a Dios”, la alegría, la alabanza y la gratitud brotan de un corazón que logró tocar la sanación de Dios. El paralítico se veía desahuciado, sin esperanzas y sin fuerzas; en el encuentro con Jesús no sólo recupera la salud, sino que recupera sobre todo la alegría por vivir, que lo lleva a tener un corazón agradecido.

    • Mirando nuestra vida:
¿Me siento como el paralítico o me sentí así alguna vez? ¿Qué cosas me paralizan en este momento? ¿De qué necesito ser sanado/a? Con corazón confiado me pongo de cara a Jesús y le expreso lo que hay en mi corazón, le pido que me ponga en movimiento, me dé la alegría de vivir y pido que me reconcilie con aquello que me impide vivir de manera agradecida y libre mi vida.


  • Mirando a Jesús:
  1. La compasión, el perdón y la acogida son las claves desde las cuales Jesús mira al paralítico y los amigos. Es capaz de ponerse en el lugar del otro y comprender su corazón. No se queda en la mirada común que juzgaba al enfermo por ser pecador. Sabe mirar el corazón y comprender su sufrimiento.
  2. Se dirige al paralítico con la palabra amigo, nos remite a las palabras de la última cena donde dice “ya no los llamo siervos, sino amigos”, nos enseña el verdadero significado de la amistad, que tiene que ver con tender una mano, perdonar, compadecerse, servir, liberar.

    • Mirando nuestra vida:
Dejo que resuenen en mí las palabras de Jesús: “Amigo/a tus pecados te son perdonados. Te lo ordeno, levántate, toma tu camilla y vuélvete a tu casa”. Pienso que Jesús me las dice a mí, me siento personado/a, liberado/a de aquellas cosas que me atan.
Hago memoria de las experiencias de perdón, de compasión que tengo con amigos/as. ¿Quiénes son esos amigos/as con los que puedo contar, que me comprenden, perdonan y ayudan de corazón sin juzgar? ¿Para quiénes yo soy fuente de comprensión y de perdón?


  • Mirando a los fariseos y maestros de la Ley:
  1. Son espectadores de la escena, miran todo lo que ocurre pero no logran ver con la mirada de Jesús, ellos se ofenden y ven ofensa en donde hay curación, compasión y perdón. No saben reconocer la obra de Dios en los demás, porque están parados desde la mirada que juzga y condena.

    • Mirando nuestra vida:
¿Sentí esta mirada en mi vida? Quizás yo tuve una mirada de juzgamiento y condena a veces sin comprender en verdad lo que pasa por el corazón de los demás…


  • Mirando la multitud:
  1. Quedaron atónitos y alabaron a Dios, dice el Evangelio que la expresión de la gente fue: “hoy hemos visto cosas increíbles” y con ello termina el relato. La gente presente allí es capaz de sorprenderse, de alegrarse, de ver vida y reconocer lo que Dios hace en los demás. Es una mirada optimista, alentadora, llena de esperanza y fe.
  2. Logran pasar de la mirada que los llevaba a condenar al enfermo por sus pecados a una mirada que logra reconocer la obra de Dios y se convierte en alabanza agradecida.

    • Mirando nuestra vida:
¿En qué cosas siento que Dios actuó en mi vida a través de mis amigos y quiero darle gracias por ello? ¿Qué cosas Dios va obrando en mis amigos/as y necesito agradecer?