miércoles, 21 de abril de 2010

Yo soy el Buen Pastor


La Preparación

Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a Él con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo los textos

Lectura del santo Evangelio según san Juan 10,27-30


Mis ovejas escuchan mi voz, yo las conozco y ellas me siguen; yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrancará de mi mano.
Mi Padre que me las ha dado es más que todos
y nadie puede arrancar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos uno.


Salmos 23

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por senderos de justicia como pide su título. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo: tú vas conmigo; tu vara y tu cayado me sosiegan. Me pones delante una mesa frente a mis enemigos; me unges con perfume la cabeza, y mi copa rebosa. Tu bondad y lealtad me escoltan todos los días de mi vida; y habitaré en la casa del Señor por días sin término.


Me imagino el lugar…

Una pradera verde, un Pastor y un rebaño de ovejas. Al Señor con que con brazo firme cuida de sus corderos y ahuyenta toda amenaza



Pido al Señor… lo que quiero

Señor que pueda experimentar la alegría de saberme y sentirme en tus manos.


Padre, me pongo en tus manos.

Haz de mí lo que quieras.

Sea lo que sea te doy gracias.

Estoy dispuesto a todo.

Lo acepto todo,

con tal de que tu voluntad

se cumpla en mí

y en todas tus criaturas.

No deseo nada más, Padre.

Te encomiendo mi alma,

te la entrego con todo el amor

de que soy capaz,

porque te amo y necesito darme,

ponerme en tus manos sin medida,

con infinita confianza,

porque tú eres mi Padre.






1° Momento: Veo a los personajes de la escena


Y a mí: ¿Qué me dice esto que veo? ¿Cómo se relaciona con mi vida?


2º Momento: Escucho lo que dicen o hablan las personas.



Y esto que he escuchado qué tiene ¿Que ver con mi vida?


3º Momento: Miro lo que hacen…



Y nosotros… ¿cómo vivimos la resurrección?… Ahora es tiempo de sacar provecho de todo lo contemplado


Hablo con Dios

La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre, el dueño del Campo… o con Jesús el viñador presentándole lo que ha surgido de la contemplación.

Hablo con El de corazón a corazón, de amigo a amigo… Me despido con reverencia, le doy gracias por éste encuentro.


Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.



EXÁMEN DE LA ORACIÓ N: Preguntas que pueden ayudar:

¿Cómo comencé a rezar?

¿Hice silencio interior para escuchar lo que El tenía para decirme?

¿Qué palabras definen los sentimientos que tuve durante mi oración? (paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad…)

¿Cómo termine?

¿Algo ha cobrado fuerza dentro de mí?


PARA COMPARTIR EN GRUPO:


[ Para los grupos nuevos] Nos presentamos: edad, lugar de donde soy, lugar donde vivo actualmente, ¿Estudio? ,¿Dónde? ¿En qué año? ¿Trabajo? ¿En qué? Actualmente ¿hago algún apostolado o actividad?

[ Para los grupos ya formados] Breve presentación: ¿cómo he vivido mi vida resucitada esta semana?


2.- En nuestras vidas hemos tenido momentos en los que nos hemos perdido, ¿Cómo nos hemos sentido en esos momentos? Podrías compartir alguno.[Desolación]


3.- ¿Podrías compartir una experiencia de haberte sentido parte del redil del Señor?


No hay comentarios:

Publicar un comentario