miércoles, 16 de marzo de 2011

2° Domingo de Cuaresma

La Preparación
Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios
Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.
 
Leo el texto a contemplar
Evangelio según San Mateo 17, 1-9
Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo". Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: "Levántense, no tengan miedo". Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: "No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos".

Me imagino el lugar…
El Monte, lugar privilegiado y preferido por Jesús para dialogar con su Padre, allí hay una sabiduría, hay que subir bien alto para comunicarse con el Padre...
 
Pido al Señor… lo que quiero
Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga.

¿PROYECTO PROPIO O PROYECTO DE DIOS?
La oración Ignaciana es esencialmente contemplación.
Ella se acerca al misterio desde una tripe perspectiva: Viendo a los personajes, escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen, para sacar algún provecho.
1° Momento: veo a los personajes de la escena
Vemos la persona de Jesús, él se pone de cara al Padre para descubrir qué caminos andar y cuáles son mejor no transitar.
Vemos a los discípulos, ellos se sienten bien delante del misterio que se les revela... Qué hermoso es estar en tu presencia Señor repitieron tantos hombres y mujeres a través de la historia.
Me miro a mi mismo, ¿Cómo me po n go delante de Dios? ¿Tal vez estoy en su presencia como quien espera una orden o un manda to divino; o a lo mejor me acojo delante de el y me siento como un niño en brazos de su madre...
Reflexiono en mi, me pregunto...
2°Momento: Escucho lo que hablan las personas.
Escuchamos a Jesús que invita a ascender con él... hay muchas formas de ascender... pero una sola para llegar a estar en su presencia; de la mano de Jesús.
Escuchamos a Pedro: que bien estamos aquí ... dejamos resonar en nosotros esas palabras... ¿cuántas veces estuvimos bien en un lugar?
Escuchamos al Padre: este es mi hijo muy querido … estas palabras nos preanuncia ya un modo de estar delante de él, con aquél a quien él ama. Hay una dinamica interna que cruza todo el evangelio y toda la vida del Cristiano: el amor .
El amor nos vuelve “oyentes” de su Palabra... porque el mundo está lleno de palabras dichas, pero sólo muy pocas son escuhadas; y sólo desde el amor la palabra escuchada se vuelve en proyecto a realizar.
Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho.
3°Momento: Miro lo que hacen…
Miramos de vuelta la escena, los discípulos que ascienden, no se quedan en la chatura de la propia existencia, sino que se animan a más.
Hay proyectos que se elaboran desde la chatura... pero hay proyectos que se sueñan desde una posición mucho más alta, y porque se mira desde más arriba tienen la virtud de llegar más lejos.
Los discípulos quieren quedarse... que bien estamos aquí ... pero es el mismo Jesús qu i e n los invita a bajar... una vez reconocido el horizonte se camina desde lo bajo... desde la vida cotidiana.
Miramos cómo el Padre ama a Jesús pero también como en Jesús ama a la humanidad que quiere redimir
Reflexionamos para sacar algún provecho.
Hablo Con Dios
La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder proclamar con nuestras palabra y nuestras vidas que Jesús es el enviado del Padre.
Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.
 
 
EXAMEN DE LA ORACIÓN:
1º paso: Pídele a Dios
memoria para recordar los regalos que Dios te ha dado en esta oración
entendimiento para comprender su significado
voluntad para realizar el deseo que me ha manifestado

2º paso: Reviso si he puesto los mediospara que me vaya bien en la oración
¿Me hice consciente de que iba a hablar con Dios y me preparé para el encuentro?
¿Tomé un tiempo para serenarme antes de dar comienzo a la oración?
¿Hice momentos de silencio para ponerme en su presencia y disponerme a escuchar lo que Dios quería comunicarme?

3º paso: ¿Con quésentimientosterminé la oración? Utiliza palabras que lo definan: paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad...

4º paso: ¿He visto algo con claridad? ¿Algunaideaha cobrado fuerza dentro de mi?

5º paso: ¿A qué me he sentido animado? ¿Qué invitación me hace Jesús?

6º Paso: ¿Que medio voy a utilizar para responder a esa invitación?

7º paso: termino agradeciéndole a Dios este encuentro y le pido que me ayude a poner por obra lo que el me ha mostrado. Rezo un Padre Nuestro.

8º paso: escribo brevemente lo más resaltante.

Para el trabajo en Grupo

1.- Me presento.
2.- ¿Qué significa para mi vivir de cara a Dios?
3.- ¿Que momentos he vivido de ascención al propio monte?


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