martes, 11 de octubre de 2011

Espiritualidad

Raúl González SJ

Espiritualidad

¿Qué es la Espiritualidad Ignaciana? ¿Cómo se conjuga esta espiritualidad ignaciana con la pastoral Juvenil? ¿Cómo es una espiritualidad juvenil? ¿Podemos hablar de una espiritualidad Ignaciana juvenil?

Estos son algunos de los interrogantes que nos planteamos en el momento de tratar de definir, aclarar y entender qué es esto de la Espiritualidad Ignaciana.

Probaremos seguir este recorrido para clarificar nuestras dudas. Primero intentaremos comprender qué entendemos por Espiritualidad; luego pasaríamos a tratar el tema de Espiritualidad Ignaciana, y por último trataremos de clarificar qué entendemos por Espiritualidad Juvenil Ignaciana.

Espiritualidad

La espiritualidad más que ser un conjunto de conceptos teóricos que nacen de la revelación, se identifica más con la praxis cristiana.

El diccionario la define así

Espiritualidad: f. 1.- Naturaleza y condición de lo que es espiritual: su espiritualidad le llevó a donar todos sus bienes a fundaciones benéficas. // Inclinación de alguien hacia lo espiritual e inmaterial: su espiritualidad le llevó al éxtasis religioso. // Conjunto de creencias y actitudes que caracterizan la vida espiritual de una persona o de un grupo de ellas: la espiritualidad cristiana es diferente a la islámica.1


Pero para nosotros, la espiritualidad es mucho más que esto, tiene que ver con el modo de vivir la Fe, situándonos así en el campo de la “practica de la Fe”. Una primera aproximación podría ser: la espiritualidad es el modo en como el creyente vive su Fe.

En la vida de la iglesia este concepto resultó escaso, al punto que muchos redujeron la espiritualidad a un conjunto de practicas religiosas y de algunas actitudes a asumir. Esta comprensión reductiva de la espiritualidad, sólo dejaba que unos pocos pudiesen practicarla.

La espiritualidad no es un aspecto marginal de la existencia cristiana, es un estilo de vida y la auto-conciencia refleja de ese estilo2.

Entonces, cuando hablamos de espiritualidad, nos estamos refiriendo, a un estilo de vida y sobre todo a la formación de la identidad re-significada y organizada alrededor de Jesucristo y su mensaje.

Espiritualidad Ignaciana

Ahora no es difícil inferir que espiritualidad Ignaciana, tiene que ver con la experiencia de Ignacio de Loyola y su proceso de identificación con el Señor Jesús, el Eterno Señor de todas las cosas3 y la formación de la propia identidad creyente.

Por eso la espiritualidad Ignaciana mira a dos fuentes fundantes, los Ejercicios Espirituales, la vida misma de Ignacio, modo de vivir y de proceder de los ejercicios;y la propia existencia.

A diferencia de otras espiritualidades que toman como arquetípica la vida del fundador de dicha espiritualidad, la espiritualidad ignaciana mira de la vida de Ignacio el modo cómo Dios lo transformó y se dejó transformar. La espiritualidad Ignaciana se centra en ese modo, asegurando así la continuidad con la tradición espiritual y sin negar al mismo tiempo la propia identidad, respetando así mismo uno de los principios básicos de la misma espiritualidad, la adaptación según tiempos, lugares y personas.

El proceso interior de San Ignacio

El Camino Ignaciano, comienza con una “bombarda”, una bala de cañón que no sólo destroza la pierna de Ignacio, sino que lo pone en un camino del todo particular. En su convalecencia, se hace consciente de la variedad de espíritus que experimenta y se gesta un gran deseo :Ser Santo y con un fuerte proceso de conversión.

Ignacio, concibe la Santidad como servicio a Dios, este servicio al principio se expresa de manera indiscreta, pero en Manresa, adquiere los fundamentos de lo que después se plasmará en el libro de los ejercicios espirituales y es el núcleo de la Espiritualidad ignaciana, el discernimiento; allí también nace su deseo de “ayudar a las almas”.

Él mismo comentando su experiencia dice: en este tiempo le trataba Dios de la misma manera que trata un maestro de escuela a un niño, enseñándole.

Ignacio va creciendo en “sabiduría”, en discernimiento, llegando a la madurez entendiendo que en el centro está cumplir la voluntad de Dios con los deseos de Dios4

Conocer la voluntad de una persona, si no se quiere sólo obedecer exteriormente, significa vincularse con ella.

Conocer la voluntad de Dios es conocerlo, por eso el crecimiento en el discernimiento conlleva un crecimiento en la intimidad con Dios. En realidad cuanto más se ama, más se conoce y mejor se discierne. En definitiva se convierten en dos voluntades que comparten un mismo proyecto, un mismo amor y se comunican para obrar.

Rasgos característicos

La Espiritualidad Ignaciana, podríamos definirla, como espiritualidad experiencia. En ella reconocemos las siguientes dimensiones:

1.- Dimensión Trinitaria 2.- Dimensión Cristológica

3.- Dimensión Eucarística 4.- Dimensión eclesial

5.- Dimensión histórica o “encarnatoria”

Entrar en la dinámica de la Espiritualidad ignaciana, es entrar en el corazón del misterio de nuestra fe, desde el evento de la encarnación, donde Dios realiza su plan de redención; es decir que es una espiritualidad con una fuerte tendencia a una humanización plena; pero también la espiritualidad ignaciana invita a quienes la practican a convertirse en colaboradores con el proyecto de Dios, en su iniciativa de “hacer redención” [EE 107] en el mundo y la historia, lugar donde Dios opera su redención.

Por otra parte la Espiritualidad Ignaciana, hace que quién la practique se convierta en colaborador de la misión de Cristo, en su misión reconciliadora y en su tarea de establecer relaciones justas.

6.- Dimensión mística o “afectiva

Espiritualidad juvenil ignaciana

Espiritualidad de la identificación

Una espiritualidad juvenil ignaciana, tiene que ver con un fuerte proceso de construcción de la identidad en un proceso de identificación con el Eterno Señor de todas las cosas.

La identidad es el modo como una persona se relaciona con el mundo de un modo responsable y crítico; sus valores, sus actitudes, sus acciones pasan a través del filtro de esta identidad que lo ligan y lo diferencia del mundo.


Espiritualidad de la vida cotidiana

Por eso en el centro de la Espiritualidad esta la “vida cotidiana” lugar donde su opera la redención del genero humano y espacio donde esta llamado a colaborar.


Espiritualidad de la búsqueda de la voluntad de Dios (llamados)

Pero también tiene una fuerte componenda de búsqueda de la voluntad de Dios, elemento fundante de la identidad cristiana (e ignaciana). Esta búsqueda se desarrolla en la dinámica llamados-elegidos tan propia de esta espiritualidad.


Espiritualidad del Reino

Por otra parte, la espiritualidad Ignaciana, compromete al sujeto y lo “enrola” bajo la Causa de Jesús, el Reino de Dios.

Reino de Dios es el reconocimiento de la soberanía de Dios sobre el hombre y sobre la historia, al punto que es posible confesar que solo en Dios es posible poseer la vida y la felicidad. Este Dios, del cual proclamamos su señoría absoluta, es todo para el hombre. Él quiere un futuro significativo para el hombre y hace de la vida y de la felicidad del hombre su Gloria.

El hombre reconoce al Señor cuando se empeña en promover la vida verdadera y la esperanza: allí asegura la gloria de Dios.


Espiritualidad que colabora en establecer relaciones justas

En un mundo rasgado por la violencia, las luchas y la división, también nosotros somos llamados, junto con otros , para llegar a ser instrumentos de Dios, que “estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuenta de sus pecados” (2Cor.5,19) Esta reconciliación nos llama a construir un nuevo mundo de relaciones justas... superando todas las divisiones...5


Espiritualidad para la misión

Por último, la Espiritualidad Ignaciana conforma en las personas un modo nuevo de ver la vida y la historia. Ellas se convierten en el lugar donde realizar la misión a la cual Cristo nos envía.

1Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe

2Diccionario de Pastoral Juvenil

3EE.EE 98

4Diccionario de Espiritualidad Ignaciana, espiritualidad ignaciana

5Congregación General 35, decreto 3, numero 16

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