martes, 7 de septiembre de 2010

Domingo 12 de septiembre:

La Preparación
Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios
Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto a contemplar
Evangelio según San Lucas 15,1-10

1 Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. 2 Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos». 3 Jesús les dijo entonces esta parábola: 4 «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, 6 y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido”. 7 Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».
8 Y les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? 9 Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: “Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido”. 10 Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».
Me imagino el lugar…

Seguramente la escena transcurre en la ciudad, en un lugar público donde tantas veces enseñó Jesús....tal vez en la plaza o en la entrada de la sinagoga de aquel lugar.
Pido al Señor… lo que quiero
Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga.

LA CONTEMPLACIÓN EN TRES PASOS
La oración Ignaciana es esencialmente contemplación.
Ella se acerca al misterio desde una tripe perspectiva: Viendo a los personajes, escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen, para sacar algún provecho.

1° Momento: veo a los personajes de la escena
Vemos a las personas que interviene en esta escena, primero a los “publicanos y pecadores”, ello se sienten atraídos; ellos saben de sus limites y pecados, pero no se sientes juzgados ni excluidos por el Señor... sienten en Jesús y en sus palabras... palabras de vida eterna.

También vemos a los fariseos y a los escribas, ellos murmuran... murmurar es hablar entre dientes, manifestando queja o disgusto por algo; hay algo en lo que dice y lo que hace Jesús que les molesta... y aunque sientan molestia no son capaces de enfrentar la situación...hablan por abajo generando división.
Vemos a Jesús, aunque sabe que están murmurando de él... es tan libre de espíritu que no se deja afectar... hace lo que tiene que hacer en la seguridad de la misión recibida.

Reflexiono en mi, me pregunto ¿cuáles son las cosas que me hacen murmurar? ¿Qué me atrae inevitablemente al Señor Jesús y sus palabras? ¿Vivo mi misión en la libertad de los hijos de Dios?

2° momento: Escucho lo que hablan las personas.
    Centramos nuestra atención en los dos ejemplos que Jesús pone a sus seguidores, la oveja y la moneda perdida... ¿A que pastor no se le pierde una oveja traviesa?... sin embargo el pastor que la busca puede encontrarla porque la oveja bala
    El ejemplo de la moneda perdida es distinta, su valor es lo que habitualmente ganaba un jornalero por día, la viejita pierde aquello necesario para vivir... por eso revuelve todo para encontrarla. La diferencia entre la oveja y la moneda es que mientras la primera puede balar para ser encontrada, la moneda tiene que esperar a que el dueño se de cuenta que la perdió y se ponga a buscarla ya que ella no puede hacer nada para dar noticia de que se perdió.


Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho. ¿Que hacemos cuando nos perdemos?

3°Momento: Miro lo que hacen…
Miramos de vuelta la escena, los ejemplos de Jesús terminan siempre con una fiesta, podemos imaginarnos la fiesta del Pastor, por haber encontrado la oveja, o la fiesta de la viejita por haber encontrado la moneda... es desproporcionado... porque así es Dios... exagerado... desproporcionado... sin medida

Tratamos de entrar en los sentimientos de los “publicanos y pecadores” ellos tal vez sientan una gran consuelo y una gran alegría por que entienden la desproporción de Dios que los favorece.

Volvemos a los fariseos y los escribas y tratamos de entender su rabia, su enojo, su murmuración; están así porque no ganan nada, no reciben ningún beneficio, están lejos de ser los festejados

Reflexionamos para sacar algún provecho...  nosotros ¿Somos capaces de esta alegría?

Hablo Con Dios
La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre  o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder proclamar con nuestras palabra y nuestras vidas que Jesús es el salvador de los hombres.

Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.

EXAMEN DE LA ORACIÓN:
1º paso: Pídele a Dios
memoria para recordar los regalos que Dios te ha dado en esta oración
entendimiento para comprender su significado
voluntad para realizar el deseo que me ha manifestado
2º paso: Reviso si he puesto los medios para que me vaya bien en la oración
¿Me hice consciente de que iba a hablar con Dios y me preparé para el encuentro?
¿Tomé un tiempo para serenarme antes de dar comienzo a la oración?
¿Hice momentos de silencio para ponerme en su presencia y disponerme a escuchar lo que Dios quería comunicarme?
3º paso: ¿Con qué sentimientos terminé la oración? Utiliza palabras que lo definan: paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad...
4º paso: ¿He visto algo con claridad? ¿Alguna idea ha cobrado fuerza dentro de mi?
5º paso: ¿A qué me he sentido animado? ¿Qué invitación me hace Jesús?
6º Paso: ¿Que medio voy a utilizar para responder a esa invitación?
7º paso: termino agradeciéndole a Dios este encuentro y le pido que me ayude a poner por obra lo que el me ha mostrado. Rezo un Padre Nuestro.
8º paso: escribo brevemente lo más resaltante.

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