martes, 7 de septiembre de 2010

Domingo 29 de Agosto: Si te invitan

La Preparación
Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro… 

Presencia de Dios
Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo. 

Leo el texto a contemplar
Evangelio según San Lucas 14,1.7-14


1 Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente.
7 Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: 8 «Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, 9 y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: “Déjale el sitio”, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. 10 Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: “Amigo, acércate más”, y así quedarás bien delante de todos los invitados. 11 Porque todo el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado».
12 Después dijo al que lo había invitado: «Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa. 13 Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos. 14 ¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!».
Me imagino el lugar…
Me imagino el lugar del banquete, la disposición de las mesas, el espacio, la luz, los lugares, etc....

Pido al Señor… lo que quiero
Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga. 

LA CONTEMPLACIÓN EN TRES PASOS
La oración Ignaciana es esencialmente contemplación.
Ella se acerca al misterio desde una tripe perspectiva: Viendo a los personajes, escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen, para sacar algún provecho.

1° Momento: veo a los personajes de la escena
Me centro en Jesús, él también había sido invitado a esta fiesta... tal vez asistió porque tenía algo que compartir con el anfitrión de la fiesta... tal vez una amistad... Tratamos de meternos en el Corazón de Jesús para reconocer en él sus motivaciones....
Vemos también a los invitados... toda fiesta también es un momento de encuentro y socialización.
Reconocemos algunos de los invitados, ellos buscan los primeros puestos. Para ellos, más que el encuentro, primero está el aparecer; más que “ser” les importa “figurar” ser vistos...


Reflexiono en mi, me pregunto cómo es mi modo de estar cuando “hago sociales”. ¿que es lo importante en mi vida, ser o aparecer?

2° momento: Escucho lo que hablan las personas.
Escuchamos a Jesús, en medio de la fiesta cuenta un cuento, relata una parábola...
Escuchamos atentamente la parábola... nos metemos dentro, nos hacemos participes de la escena...
Sentimos a Jesús que habla de los últimos y de los primeros... de los humillados y de los ensalzados...


Una de las peores cosas que nos puede suceder en la vida es estar desubicado, peor aún es estar desubicado y no darse cuenta y pésimo es que nuestra desubicación sea puesta en evidencia... este es el caso de la parábola...


Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho.

3°Momento: Miro lo que hacen…
Miramos de vuelta la escena...
Nos imaginamos la situación de la parábola...
...que humillante es ser corrido de lugar, que vergonzoso es que nos “re-categoricen, y nos bajen el escalafón... pero da más vergüenza ajena cuando uno se da cuenta de que el otro es una “escalador” un “ventajista” que no le importa cómo llegar a los primeros puestos.... para muchos lo importante es estar en la “cresta de la Ola”. Esta es la dinámica del mundo.
El Reino funciona de otra manera...


Vemos cómo los que se creen primeros tienen que cambiar de lugar para empezar a ser lo últimos y al revés.


Reflexionamos para sacar algún provecho.

Hablo Con Dios
La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder proclamar con nuestras palabras y nuestras vidas que Jesús es el enviado del Padre.


Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.


EXAMEN DE LA ORACIÓN:
1º paso: Pídele a Dios
memoria para recordar los regalos que Dios te ha dado en esta oración
entendimiento para comprender su significado
voluntad para realizar el deseo que me ha manifestado
2º paso: Reviso si he puesto los medios para que me vaya bien en la oración
¿Me hice consciente de que iba a hablar con Dios y me preparé para el encuentro?
¿Tomé un tiempo para serenarme antes de dar comienzo a la oración?
¿Hice momentos de silencio para ponerme en su presencia y disponerme a escuchar lo que Dios quería comunicarme?
3º paso: ¿Con qué sentimientos terminé la oración? Utiliza palabras que lo definan: paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad...
4º paso: ¿He visto algo con claridad? ¿Alguna idea ha cobrado fuerza dentro de mi?
5º paso: ¿A qué me he sentido animado? ¿Qué invitación me hace Jesús?
6º Paso: ¿Que medio voy a utilizar para responder a esa invitación?
7º paso: termino agradeciéndole a Dios este encuentro y le pido que me ayude a poner por obra lo que el me ha mostrado. Rezo un Padre Nuestro.
8º paso: escribo brevemente lo más resaltante.

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