miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los que se tenían por justos - Domingo 24 de octubre

La Preparación


Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto a contemplar

Evangelio según San Lucas 18, 9-14

Y refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: «Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba en voz baja: “Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas”. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!”. Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado».

Me imagino el lugar…

Nos imaginamos el lugar donde Jesús solia hablar a la gente, seguramente es una plaza o la entrada del templo. Un lugar amplio y abierto, porque así hablaba Jesús.

Pido al Señor… lo que quiero

Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga.

LA CONTEMPLACION EN TRES PASOS

La oración Ignaciana es esencialmente contemplación.

Ella se acerca al misterio desde una tripe perspectiva: Viendo a los personajes, escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen, para sacar algún provecho.

1° Momento: veo a los personajes de la escena

Vemos a los personajes, por un lado un fariseo que se tenía por justo... esta persona hacia todo lo que tenía que hacer, su vida seguía al pie de la letra las reglas y las normas y estaba orgullosa por eso.

Este fariseo es auto-suficiente, se consideraba de “los buenos” y se atribuía a si mismo el merito de su santidad.

Por otro lado vemos al publicano, un hombre que tiene conciencia de si mismo, su conocimiento de si mismo era tal que veía la “fealdad y la malicia de sus pecados” que lo hacían indigno de acercarse a Dios para pedirle algo.

Reflexiono en mi...


2° Momento: Escucho lo que hablan las personas.

Escuchamos a los personajes:

Por un lado el Fariseo … Te doy gracias pero es falsa su acción de Gracias porque no agradece a Dios el ser bueno, sino el no ser como los demás. Es triste la situación de este fariseo, pues no encuentra en si mismo una buena razón para dar gracias.

Lo escuchamos “pasándole factura a Dios” ayuno dos veces por semana, pago el diezmo. Para este fariseo “Dios es un empleado en un mostrador, da para recibir”. Si él, por sus propios méritos, ha llegado a ser tan bueno, Dios no tiene más remedio que pagarle por su esfuerzo. Quiere convertir a Dios en su deudor.

Escuchamos al publicano decir desde el fondo del templo: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!”

Él reconoce su límite y su pecado y esto le devuelve la alegría de la salvación.

El publicano regresa a su casa con el perdón de Dios porque fue capaz de dejar que Dios viese su corazón; el fariseo se fue a su casa sin nada porque solo supo mostrarle a Dios que su corazón era como las tabla de la ley, de piedra.

Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho.



3°Momento: Miro lo que hacen…

Miramos de vuelta la escena...

Hay dos actitudes, la del fariseo que está de pie... el quiere tratar a Dios de igual a igual... pero en realidad esta de pie delante de Dios como quien comercia y quiere sacar una ventaja... porque esa es la actitud del astuto comerciante, aprovechar cualquier situación para lucrar.

Vemos al fariseo, que no se animaba a levantar los ojos...y se golpeaba el pecho... porque en el fondo quería estar delante de Dios de pie, pero su límite y su pecado no lo dejaban.

Vemos cómo el publicano se fue erguido, porque acepto la ayuda, porque se supo limitado; en cambio el Fariseo se fue igual o peor que antes, porque para el, su Dios, su salvación era el mismo.

Reflexionamos para sacar algún provecho.

Hablo Con Dios

La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría... podemos pedirle su espíritu para poder proclamar con nuestras palabra y nuestras vidas que Jesús es el enviado del Padre.

Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.



EXÁMEN DE LA ORACIÓN:

1º paso: Pídele a Dios

– memoria para recordar los regalos que Dios te ha dado en esta oración

– entendimiento para comprender su significado

– voluntad para realizar el deseo que me ha manifestado

2º paso: Reviso si he puesto los medios para que me vaya bien en la oración

– ¿Me hice consciente de que iba a hablar con Dios y me preparé para el encuentro?

– ¿Tomé un tiempo para serenarme antes de dar comienzo a la oración?

– ¿Hice momentos de silencio para ponerme en su presencia y disponerme a escuchar lo que Dios quería comunicarme?

3º paso: ¿Con qué sentimientos terminé la oración? Utiliza palabras que lo definan: paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad...

4º paso: ¿He visto algo con claridad? ¿Alguna idea ha cobrado fuerza dentro de mi?

5º paso: ¿A qué me he sentido animado? ¿Qué invitación me hace Jesús?

6º Paso: ¿Que medio voy a utilizar para responder a esa invitación?

7º paso: termino agradeciéndole a Dios este encuentro y le pido que me ayude a poner por obra lo que el me ha mostrado. Rezo un Padre Nuestro.

8º paso: escribo brevemente lo más resaltante.





Para el grupo

1.- ¿Cómo es mi manera de tratar con Dios?

2.- Cuando hago oración ¿Me creo mejor que los demás?

3.- ¿Abro mi corazón al amor gratuito de Dios?

No hay comentarios:

Publicar un comentario