miércoles, 17 de noviembre de 2010

"Se acercaron algunos saduceos" - Domingo 7 de noviembre

La Preparación


Busco un lugar que me ayude al encuentro con Dios, donde este cómodo y tranquilo. Busco una postura corporal para orar, hago un gesto de reverencia. Respiro lenta y profundamente para tranquilizarme, para relajarme, para que mi cuerpo también entre en oración, y preparo mi corazón para este encuentro…

Presencia de Dios

Busco la paz, me presento ante Él, siento que Dios me mira, me escucha, me conoce… Tomo el tiempo necesario para esto, no se trata de hacer un esfuerzo por acercarme a Dios sino de dejarlo entrar y estar frente a El con toda confianza. Su presencia es puramente amorosa, no viene a reprocharme ni a condenarme… viene a estar conmigo.

Leo el texto a contemplar

Evangelio según San Lucas 20,27-38

Se le acercaron algunos saduceos, que niegan la resurrección, y le dijeron: «Maestro, Moisés nos ha ordenado: Si alguien esta casado y muere sin tener hijos, que su hermano para darle descendencia se case con la viuda. Ahora bien, había siete hermanos. El primero se casó y murió sin tener hijos. El segundo se casó con la viuda, y luego el tercero. Y así murieron los siete sin dejar descendencia. Finalmente, también murió la mujer. Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?».

Jesús les respondió: «En este mundo los hombres y las mujeres se casan, pero los que son juzgados dignos de participar del mundo futuro y de la resurrección, no se casan. Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y, al ser hijos de la resurrección, son hijos de Dios. Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor porque él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para él».

Me imagino el lugar…

Jesús ha entrado en Jerusalén, nos imaginamos a Jesús en una de las tantas plazas publicas de la ciudad, a la vista de todos, en un lugar amplio y espacioso.

Pido al Señor… lo que quiero

Conocimiento interno del Señor para que más lo ame y más lo siga.



LA CONTEMPLACION EN TRES PASOS

La oración Ignaciana es esencialmente contemplación.

Ella se acerca al misterio desde una tripe perspectiva: Viendo a los personajes, escuchando lo que ellos hablan y mirando lo que hacen, para sacar algún provecho.

1° Momento: Veo a los personajes de la escena

¿Quienes son los Saduceos? Los saduceos era un grupo formado por una clase selecta de Judíos, en general ricos y de una posición social privilegiada. Ellos solo admitían de la Biblia los 5 primeros libros (La Thorá) teniendo a los demás bajo sospecha de herejía (esto era porque los demás libros criticaban duramente a los ricos y sus riquezas)

En el Centro de la vida de los Saduceos esta la preocupación de la Felicidad: ¿Cuando y dónde vamos a ser Felices? Cómo ellos no creían en la vida eterna, la única posibilidad de felicidad, de realización empezaba y terminaba con esta vida. Tristemente para ellos todo comenzaba y terminaba en esta vida, todo se acababa con la muerte. Hoy diríamos que viven el materialismo práctico.

Vemos a Jesús, El se deja preguntar, no tiene miedo a las preguntas inquietantes, es más deja que ellas, impacten en su vida...porque muchas veces, algunas preguntas inquietantes lo ayudan para llegar al corazón del misterio, al núcleo de su Fe.

Reflexiono en mi, me pregunto... acerca de las preguntas inquietantes de mi vida: ¿Dejo que ellas me ayuden a entrar en el corazón del misterio?

2° momento: Escucho lo que hablan las personas.

Escuchamos la pregunta de los Saduceos... ellos ridiculizan a Jesús con el caso de la viuda y los 7 hermanos. De quien será mujer... a quién le pertenecerá. Esta es una pregunta ridícula.

¿Por qué es ridícula la pregunta?

Los Saduceos tenían un problema con el tema de los bienes. Su razonamiento era el siguiente: Si todo termina con la muerte: ¿A quien vamos a dejar todo lo que logramos en esta vida? En este razonamiento la respuesta es evidente: a la familia. Tristemente para ellos hasta la mujer se convierte en un objeto de comercio y de ganancia.

Escuchamos a Jesús;: No será mujer de nadie, porque en la vida eterna, no tendremos necesidad de casarnos, seremos como ángeles.

La respuesta de Jesús es aún más desconcertante. La razón es que esta respuesta no responde a la pregunta que le han hecho.

De alguna manera Jesús cambia la pregunta de los fariseos dando otra respuesta.

Si la pregunta hubiese sido: ¿A quién amará más?, Jesús hubiese respondido: amará a Dios con todo su corazón, con toda su alma, con todo su espíritu, como los ángeles... y el amor a las demás cosas estará subordinado a este.

La preocupación de los Saduceos era la descendencia, solo por una cuestión económica, Jesús plantea otro tipo de relación: quién es un materialista práctico, piensa en la descendencia como modo de perpetuarse, ya que la muerte tiene la última palabra... quién cree que la muerte puede ser vencida, sólo se tiene que preocupar por la vida, la propia y la de los demás.

Reflexionamos en nosotros mismo para sacar algún provecho.¿donde pongo yo el centro de mi vida?

3°Momento: Miro lo que hacen…

Miramos de vuelta la escena, que hacen los Saduceos, preguntas, se hacen los astutos, quieren ridiculizar a Jesús... en lo que hacen se nota lo que creen.

Miramos a Jesús, él nunca deja una pregunta sin responder, jamás deja que una cuestión inquietante derribe su Fe, sino al contrario, de la inquietud, se lanza al corazón del misterio para descubrir en lo profundo de la pregunta a AQUEL que es respuesta a nuestros anhelos más profundos.

Reflexionamos para sacar algún provecho.

Hablo Con Dios

La contemplación es también momento de encuentro, puedo cerrar mi oración hablando con Dios Padre o dialogando con Jesús acerca del Reino... así como también acerca de lo que necesitamos y de lo que podemos ofrecerle... podemos hablarle de nuestros temores, o de nuestra alegría...

Termino rezando un Padre Nuestro o alguna oración que me de devoción.

EXÁMEN DE LA ORACIÓN:

1º paso: Pídele a Dios

– memoria para recordar los regalos que Dios te ha dado en esta oración

– entendimiento para comprender su significado

– voluntad para realizar el deseo que me ha manifestado

2º paso: Reviso si he puesto los medios para que me vaya bien en la oración

– ¿Me hice consciente de que iba a hablar con Dios y me preparé para el encuentro?

– ¿Tomé un tiempo para serenarme antes de dar comienzo a la oración?

– ¿Hice momentos de silencio para ponerme en su presencia y disponerme a escuchar lo que Dios quería comunicarme?

3º paso: ¿Con qué sentimientos terminé la oración? Utiliza palabras que lo definan: paz, alegría, confianza, sensación de perder el tiempo, ansiedad...

4º paso: ¿He visto algo con claridad? ¿Alguna idea ha cobrado fuerza dentro de mi?

5º paso: ¿A qué me he sentido animado? ¿Qué invitación me hace Jesús?

6º Paso: ¿Que medio voy a utilizar para responder a esa invitación?

7º paso: termino agradeciéndole a Dios este encuentro y le pido que me ayude a poner por obra lo que el me ha mostrado. Rezo un Padre Nuestro.

8º paso: escribo brevemente lo más resaltante.

¿Cómo vivimos nuestra fe en la vida eterna?

¿Que cosas o situaciones no nos dejan pensar en la vida que Jesús nos trae, atándonos a un “materialismo” practico?

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